Con la posibilidad de morir de hambre como compañero constante, el grupo de Laios continúa avanzando más profundamente en la mazmorra. Los aventureros han llegado al tercer piso, pero sólo les esperan zombis podridos, espíritus espantosos, pinturas vivientes y golems, todos los cuales son absolutamente incomibles. El grupo ha llegado hasta aquí adaptándose y aprendiendo a vivir de las dudosas recompensas de la mazmorra. Pero, ¿cómo se las arreglarán cuando ni siquiera el monstruo más malvado será capaz de preparar una comida decente?
